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Halagar a uno para vender al otro

Pau Cubarsí está de moda. La nueva atracción turística en Barcelona. 17 años recién cumplidos. Una aparición fulgurante en un equipo necesitado de ilusión. 

El adolescente se comporta como un veterano. Se ha establecido como uno de los defensas más convincentes de los catalanes. Pero, como siempre, la reacción del famoso ‘Entorno’ ha sobredimensionado la llegada del canterano al once inicial.

Es algo habitual en Can Barça. Ya hemos visto decenas de sustitutos de Messi, Xavi, Puyol o Iniesta. Todos, sin excepción, no han dado la talla. Ahora le toca el turno a Lamine Yamal -16 años- y al propio Cubarsí. 

El talento es innegable. La mentalidad de estos dos, a priori, es de jugador élite. En este tramo de temporada, están siendo el ‘Cor Blaugrana’ y la alegría que necesita una afición condenada a subir la Montaña Mágica para ver a su equipo.

Sin embargo, nos llama la atención un detalle de todo lo que ha ocurrido con Pau. Es la ausencia de halago a su compañero en defensa, Ronald Araújo. Porque sí, Cubarsí hizo un partidazo coronado por el MVP, pero el uruguayo fue el que se encargó de Osimhen gran parte del partido. 

Fue su sombra. Fue físico. Le ganó el duelo aéreo en todas las ocasiones. La potencia charrúa secó al delantero nigeriano. Aún así, todo el brillo y atención fue para su compañero Cubarsí. Merecido, pero algo no anda bien con el central sudamericano.

Se ve en sus declaraciones. Tras el encuentro dejó dos que llamaron la atención. Preguntado por su compañero en la zaga, desvió el tiro. Le elogió pero rápidamente dirigió la atención al cambio en el pivote defensivo, clave para la mejora del equipo en los últimos partidos.

También le preguntaron por su futuro. Araújo sabe que el club le tiene puesto un cartel de ‘Se Vende’. Es uno de los jugadores por los que Laporta podría sacar un buen trozo de pastel y no parece que puedan renovarle por su valor. “Mi futuro depende del club”, directa a la directiva.

El excesivo halago a un joven de 17 años no deja de ser una cortina de humo para ocultar lo que parece va a ser un movimiento que sin la irrupción de Cubarsí sería una temeridad. Ahora, incluso hasta la afición vería con buenos ojos la venta de Araújo.