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¿Qué nos queda a los que nos gusta el fútbol?

Parecía que iba a ser una semana sin más. De esas en las que el parón internacional te rompe la rutina. Ese fin de semana de descanso antes del sprint final de la temporada. Pero no. Los despachos del fútbol español lo ensucian todo.

La UCO de la Guardia Civil registraba la sede de la RFEF y la casa del expresidente Rubiales por supuestas irregularidades en los contratos de la Supercopa de Arabia. En la operación se han detenido a varias personas, pero el gran Rubiales estaba en la República Dominicana. ¡Uy, al palo y con orden de detención!

Era fácil de intuir que un tipo como Rubiales iba a tener más esqueletos en el armario. La Cartuja, también bajo sospecha. ¿Y su amigo Piqué? El que firmó los contratos con su empresa Kosmos para la Supercopa de Arabia? Estará mirando de reojo.

Y luego está Rocha. Su vicepresidente económico, quien le sucedió y lidera la Comisión Gestora. El hombre que más apoyos tiene para ser reelegido, si es que se pueden dar unas nuevas elecciones. Uno de su cuerda para limpiar la Federación. Ni Berlanga te lo guioniza así.

Es el sistema clientelar que triunfa en España. Mientras gran parte de los aficionados del Athletic tendrán que ver su final de Copa del Rey en pantallas gigantes, el vocal de la Federación Extremeña o el Adjunto a la vicepresidencia de la Federación de Castilla la Mancha tiene su asiento reservado en el Estadio. Una forma de asegurarse votos.

Pero no es solo la RFEF. Es el Caso Negreira, es el CTA, es la Superliga, es la FIFA y Arabia Saudí, es LaLiga dando más importancia a unos vídeos de una cadena que no ve nadie. Es el periodismo patrio lleno de malinformadores y pesebreros que no muerden la mano de quien le da de comer, ya sea LaLiga o la RFEF.

¿Qué nos queda a los que nos gusta el fútbol? Queremos seguir disfrutando del deporte. Queremos seguir gritando un gol de la victoria. Llorar con remontadas imposibles. Viajar por Europa con nuestros colores. Ilusionarnos con cada temporada. Compartir momentos con los nuestros. Generar Identidad. Cultura. Pero, Ellos nos están haciendo odiar lo que más amamos.