En lo que fue uno de los fichajes más llamativos del verano, la estrella colombiana James Rodríguez aterrizaba en el barrio de Vallecas. Una operación que suena a rehabilitación de un jugador al que habíamos perdido la pista en el día a día, pero al que su rendimiento en la Copa América le había vuelto a poner en el radar.
Presa, el presidente del Rayo, vio una oportunidad de oro para ganar notoriedad. James, que había deslizado por medio de sus amigos en los medios españoles que quería volver a España, encontró su oportunidad de volver a Madrid. Una llegada que parece perturbar al equipo, al entrenador y a la afición rayista.
No vamos a dudar de la calidad de James, de su pierna izquierda de seda y de sus últimas actuaciones en la Selección Colombia. Asistencias, goles y liderazgo para la actual subcampeona del Continente. De lo que vamos a dudar es de las intenciones que tienen sus amigos. Y de cómo, de repente, ahora sí les interesa el Rayo Vallecano.
De James hay que saber que desde que terminó la Copa América no tenía equipo, se entrenaba en solitario, sin pretemporada y que llegó al club de la Franja en el último día. El colombiano solo ha jugado en dos partidos y apenas llega a la treintena de minutos.
Que Íñigo Pérez está incómodo es algo que podemos ver en cada rueda de prensa. Ruedas de prensa que se han convertido en un monólogo de preguntas sobre el jugador cafetero. Los amigos periodistas, entre ellos el mismo que el de CR7, ese, junto a su jefe, ya ha iniciado la campaña de desprestigio a Íñigo.
De nada vale que salvara al club el año pasado, de nada sirve que le tenga 10º haciendo buen fútbol. De nada sirve pensar en lo milagroso que es que un club como el Rayo esté en la élite. Ahora solo sirve que juegue el ‘10’ que para eso lo ha traído el presi.
Dónde estaban los editoriales de estos periodistas cuando el estadio de Vallecas se está cayendo a trozos en una negligencia de la directiva. Dónde están para denunciar que para renovar el carnet de socio tienes que hacer colas interminables, o que si quieres una entrada tienes que ir al estadio de manera física.
Dónde estaban cuando el equipo femenino, otrora un referente del desarrollo de este deporte, no tiene ni médico en el organigrama. Dónde estaban cuándo estaban destruyendo la cantera rayista. No les interesaba el Rayo, ni su gente, ni su identidad.
Pero ahora sí que les interesa. Saben que James vende. Saben que la polémica vende. Sus tuits manipulados de ‘aficionados rayistas’, que resultan ser hinchas colombianos decepcionados por no ver a su ídolo, son inmorales. Ahora, hasta que Íñigo caiga o claudique, veremos al Rayo en sus tertulias.
Porque eso es lo único que saben hacer. Crear polémica para beneficiarse económicamente. Pero mientras siga habiendo quien consuma, seguirán haciendo lo mismo. Pero que no se olviden que el Rayo es de su gente y la gente ya ha hablado.