Ya salieron los árbitros que estarán en las finales de las competiciones europeas, así como los que acudirán este verano a la Eurocopa. No habrá ni un trencilla en ningún partido por el título en el Continente.
Mientras en la Euro, LaLiga será la única de las cinco Grandes que solo tendrá un representante del colectivo arbitral. Será Jesús Gil Manzano, sí, ese es el de mayor nível, por si no acabas de creerlo. Mayor síntoma del estado actual del arbitraje español no se puede encontrar.
Y es que la UEFA ha sido muy clara en su mensaje. Al contrario de lo que pregona el Colectivo Técnico Arbitral (CTA) de Medina Cantalejo y sus voceros en prensa, España no tiene nivel. Eso piensa la UEFA, y para qué engañarnos, cualquiera que vea 10 minutos de LaLiga.
Y no hablamos de la cantidad de errores flagrantes. Eso los tienen en todas las ligas, aunque esperemos que en menor medida. Hablamos del entendimiento del juego, del conocimiento del mismo, de saber interpretar lo que ocurre a su alrededor. Ni idea, perdidos por el campo.
Los cambios de criterios según el viento que sople, la actitud soberbia de la mayoría, los parones excesivos, jugadores que no ayudan. Todo ello contribuye a un descenso de calidad en el producto. Ver un partido de LaLiga sin desesperarte se ha convertido en misión casi imposible.
Siempre hay excepciones y parece que va habiendo un cambio, una nueva tendencia a ‘europeizar’ el arbitraje. Es sonrojante ver un partido de competición europea y darte cuenta lo diferente que es a ese otro deporte que se practica en España.
Todo esto sin querer poner el foco en la calamidad de comunicación que tiene el colectivo, el impacto en la credibilidad que tiene el Caso Negreira, los audios de VAR filtrados a Jijantes o cómo lidian con el racismo en los campos.
¿Cómo va a querer la UEFA alinearse con la RFEF? El mensaje por parte del organismo continental ha sido claro, directo, potente, apuntando al corazón del arbitraje español: “Ya no sois parte de la élite”.
